martes, 29 de septiembre de 2009

Palenque



Y las ruinas y su escencia, esa magia que transcurre en el tiempo con su auténtica grandeza. Y las selva y su mundo, los monos que defecan, los escarabajos que se alimentan de este escremento para fertilizar la tierra y las yanquees que estudian monología y los examinan, y la naturaleza sigue su curso y el chillar de los monos como despertador te recuerda el nuevo dia que acontece con su gente, sus turistas y Bunbury que toma chela y escucha Carmensandiego en su gira por latinoamérica y los hippies que se dividen en bandos de artesanos y marionetas donde las jerarquías te dan el mejor puesto y reputación y todo vuelve a o mismo en su círculo dogmático de girar sin cesar retrasando el ¨progreso¨sin espanto ni delirio, reviviendo sus costumbres sin pudor y con alivio, porque es sangre viva que arremete en el suspiro de sus ciudadanos mas radicales que restrasan el crecimiento en su resistir sin tregua y potenciar sus creencias que vienen y se recrean en el corazón de la tierra y esta le da su magnitud tan auténtica y pura que no ha de corromperse porque se empuja de la fuerza de la madre tierra y la templanza del aire y la convicción del fuego y el coraje del agua para revolverse en una vitalidad pura y fresca para sobrevivir a esta barbarie de sentirse ajenos en la tierra propia cuando sigue la lucha del gobierno por usurpar sus tierras y tomar su agua para fortalecer a otro que no es puro y es outsider, porque el ego de las personas sigue su curso destructivo de no ceder ante un rival sin veneno en su proceder como es la jungla y sus delirios.
Baayo Kúu

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